Prevenir la violencia de género puede estar a nuestro alcance
No se puede empezar de otra manera que conceptualizando los términos que vamos a utilizar al hablar de violencia de género.
Entendemos por violencia la acción o amenaza de acción que una persona ejerce sobre otra con el fin de ocasionarle daño o dolor; que este daño puede ser físico, psíquico, sexual… y se produce en el ámbito familiar, educativo, laboral, social, etc.
Entendemos por género la atribución cultural de lo que se considera adecuado para cada sexo en una sociedad determinada; que en definitiva es como debemos comportarnos y actuar las personas según sea nuestro sexo biológico.
Por lo tanto, el género se refiere a lo cultural y el sexo a lo biológico.
Violencia de género es la expresión de la relación de desigualdad entre hombres y mujeres; es una violencia basada en la superioridad de un sexo sobre el otro, de los hombres sobre las mujeres, por lo tanto tiene como principales víctimas a las mujeres.
Esta violencia constituye un atentado contra el derecho a la vida, a la seguridad, a la libertad, la dignidad y la integración física y psíquica de la víctima, por lo tanto un obstáculo para el desarrollo de una sociedad democrática, ya que dificulta la consecución de objetivos de igualdad, de desarrollo y de paz. Además, viola y menoscaba el disfrute de los derechos humanos y libertades fundamentales reconocidos en la Constitución.
En el plano legal, nuestra Constitución reconoce derechos fundamentales a las personas, no a los hombres o a las mujeres: Luego somos iguales ante la ley. Pero las desigualdades surgen en las relaciones entre personas, entre hombres y mujeres y es en estas relaciones donde se fragua y se basa la violencia de género.
Los organismos internacionales como la ONU, el Parlamento Europeo, la Comisión de Derechos Humanos, etc., han apostado fuerte para erradicar esta lacra social a través de recomendaciones defendidas en convenciones, conferencias mundiales, declaraciones, informes, etc.
La violencia de género es tan antigua como la sociedad misma; el hombre ha utilizado esta violencia como mecanismo para marcar la desigualdad entre hombres y mujeres. Porque claro que los hombres y mujeres somos diferentes, igual que diferentes somos unos de otros, independientemente de que seamos hombres o mujeres, pero esto no quiere decir que seamos desiguales, por eso resulta importante no confundir diferencia con desigualdad, ya que la desigualdad es la base de los conflictos violentos en todos los ámbitos.
Todos y todas sabemos que esta violencia es una lacra, un gran problema social que no tiene una solución única y sencilla, pero sí que cada ciudadano y ciudadana debemos aportar nuestro granito de arena para buscar una solución en la que desde luego estemos implicados todos, por lo que:
-No debemos contribuir con nuestro silencio a mantenerla.
-Ningún ser humano merece ser maltratado.
-Ningún argumento justifica la violencia.
-La violencia siempre es un abuso de poder.
-Los conflictos de pareja son normales, la violencia no.
-La responsabilidad de la violencia no es de quén la sufre, sino de quién la ejerce.
Para prevenir este tipo de violencia se debe comenzar por la educación en la igualdad. Es por lo que las relaciones de pareja se deben basar en esta igualdad, en el respeto, en la confianza mutua, en el reparto de responsabilidades en la familia, en la comunicación… pilares todos ellos fundamentales para unas buenas relaciones sociales.
Cada vez son mas las mujeres que denuncian estas situaciones, porque la violencia de género ya no es un “asunto privado” y tolerado socialmente sino que es un “asunto público” en el que se ven implicados en su solución, instituciones públicas y privadas, organizaciones, entidades y la población en general, etc. Las mujeres denuncian porque saben que hay más leyes que las protegen, más medidas que las aparan, más recursos para ayudarlas a salir de esa situación, pero no porque ahora haya más violencia que antes, sino porque el problema se ha socializado.
La provincia de Segovia y nuestro Municipio no se ven ajenos a todo este fenómeno, que de una u otra forma nos afecta a la sociedad en su conjunto.
Todos debemos ser sensibles ante esta problemática, pero también ser conscientes que es una tarea de la sociedad en su conjunto, tarea en la que debemos estar implicados tanto Instituciones, Colectivos, Asociaciones, voluntarios etc.., con el objetivo de atajar de forma integral esta lacra..
Es necesario tener una información que nos ayude a clarificar cómo debemos actuar ante situaciones o sospechas de la existencia de posibles casos, a la vez que es necesario sensibilizar a la sociedad con el fin de prevenir posibles casos de victimas.