Marcha contra la violencia de género
Aprovechando que se aproxima el 25 de noviembre, conviene recordar por qué en esta fecha se conmemora el Día Internacional contra la Violencia sobre las Mujeres.
Su origen lo encontramos en la República Dominicana, ya que en esa fecha de 1960 el dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo, ordenó asesinar a tres hermanas (hermanas Maribal) por activistas políticas.
Después de varios años de encuentros, seminarios, asambleas… de colectivos de movimientos sociales de mujeres, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer en 1993 y en 1999 designó el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, invitando con ello a gobiernos, organizaciones internaciones, ONG… a organizar actividades encaminadas a sensibilizar a la población sobre este tema.
No podemos continuar sin conceptualizar, brevemente, la violencia de género, ya que se trata de la expresión de la relación de desigualdad entre hombres y mujeres, por lo tanto una violencia basada en la superioridad de un sexo (el hombre) sobre el otro (la mujer). Esta violencia constituye un atentado contra el derecho a la vida, a la seguridad, la libertad, la dignidad y la integración física y psíquica de la víctima, por lo tanto un obstáculo para el desarrollo de una sociedad democrática, ya que afecta al disfrute de los derechos reconocidos en nuestra constitución.
Todos/as sabemos que esta violencia es una lacra, un gran problema social que no tiene una solución única, rápida y sencilla pero sí que cada ciudadano/a debemos aportar nuestro granito de arena para llegar a una solución, para lo que debemos tener en cuenta que:
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No debemos contribuir con nuestro silencio a mantenerla.
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Ningún ser humano merecer ser maltratado.
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Ningún argumento justifica la violencia.
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La violencia siempre es un abuso de poder.
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Los conflictos de pareja son normales, la violencia no.
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La violencia no ayuda a resolver conflicto, los agrava.
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La responsabilidad de la violencia no es de quien la sufre, sino de quien la ejerce.
Los mitos y creencias sobre los roles femenino y masculino a lo largo de la historia han contribuido, y en la actualidad contribuyen, al mantenimiento de situaciones de violencia en las relaciones entre hombres y mujeres. Debemos ir deconstruyendo estos mitos desde nuestras familias, amigos, escuelas, sociedad para con ello impulsar un cambio de papeles que contribuya a la erradicación de esta lacra social.
La baza fundamental para este cambio, necesario, está en la educación en igualdad, ya que esta igualdad es legal en nuestro país, pero debemos contribuir para que también sea real. Por eso la importancia de la educación, pero no solo desde el sistema educativo sino desde todos los frentes (familia, medios de comunicación, sociedad en general), la educación en deberes y obligaciones democráticos, en valores de tolerancia, respeto, responsabilidad, igualdad, resolución pacífica de conflictos, toma de decisiones, corresponsabilidad del trabajo doméstico y cuidados de la familia, etc. Mejorando todos estos aspectos conseguiremos unas relaciones más igualitarias basadas en la confianza mutua, en la comunicación, el reparto de responsabilidades, etc. Con este modelo de relaciones no sería necesario ejercer el poder de un sexo sobre el otro que es el origen de la violencia sobre la mujer.
Sirvan estas líneas para unirlas a muchas más y a todo tipo de actuaciones y actividades que estos días se llevarán a cabo para contribuir a sensibilizar a la sociedad sobre la violencia de género, así como un ejemplo de solidaridad con todas las mujeres que día a día sufren este tipo de violencia y como recuerdo de todas aquellas que perdieron su vida a manos de sus agresores. Ojalá que esta lucha no se centre solo en torno a estas fechas y sea una preocupación constante de Instituciones, organismo, entidades, colectivos, individuos, etc. El esfuerzo de todos/as será lo que de verdad provoque el cambio necesario que acabe con esta situaciones discriminatorias para las mujeres.
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